10 de abril de 2018
Comúnmente se da por sabido y aceptado que el Estado es mal administrador de empresas. Con muy pocas excepciones, el hecho es cierto, y por todas partes surgen los errores y los escándalos, como han surgido en todas partes y en todos los tiempos, que se ejemplifican con las historias cortas que enseguida enuncio.